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La contaminación secundaria de la ropa de cama para hoteles es un problema relativamente común en la gestión y el lavado de la ropa. No solo dificulta el lavado, sino que también incrementa su coste; a la vez, acelera su consumo. Un problema que no se puede ignorar.
La contaminación secundaria se refiere a la nueva contaminación que se forma durante el proceso de recogida y lavado, una vez retiradas las sábanas y toallas de las habitaciones. Esta contaminación se manifiesta principalmente en los siguientes aspectos:

1. El mantel se tira al azar y el camarero, sin darse cuenta, lo pisa, dejando huellas negras de zapatos sobre él;
2. Limpie la encimera del baño con una toalla facial o de baño, limpie el vidrio con una funda de almohada y algunos incluso lo usan como trapo para limpiar el óxido del grifo, dejando contaminación negra y manchas de óxido amarillas en el paño de lana;
3. Cuando el camarero recoge la ropa, la llena con sábanas y la arrastra por el suelo. La ropa roza contra el suelo, manchándose.
4. Durante el proceso de carga, descarga y transporte, la ropa se tira y se pisotea aleatoriamente, formándose nuevas marcas de suciedad;
5. Tras transportar la ropa de cama a la lavandería, no se apila según las normas, lo que provoca contaminación cruzada entre la ropa de la habitación y el mantel del comedor. Al volver a la lavandería, no se cubre y se contamina durante el transporte. Los pies son una manifestación concreta de la contaminación secundaria. Esta contaminación secundaria no solo se debe a que los empleados no cumplen las normas, sino también a que algunos empleados tienen una idea errónea, pensando que la ropa se envía a la lavandería para lavar de todas formas y que no importa si se ensucia. De este modo, se ha generalizado la contaminación secundaria y se ha generado el fenómeno de no sorprenderse al ver suciedad.

El daño causado por la contaminación secundaria a los suministros del hotel es considerable. Al retirar la ropa de cama del cliente, las manchas generalmente no son evidentes (excepto en algunos casos). Dado que el hotel implementa un cambio de ropa de cama individual para cada cliente, y algunos incluso la cambian una vez al día, la ropa de cama prácticamente no se ensucia y solo requiere un lavado suave para cumplir con los requisitos de limpieza.
Pero la contaminación secundaria es diferente. Las manchas de contaminación secundaria son difíciles de eliminar. Por ejemplo, las manchas de óxido son muy resistentes y deben eliminarse con un desoxidante especial. Otro ejemplo es que, al arrastrar la ropa de cama por el suelo, las fibras rozan con fuerza y las manchas se incrustan profundamente. Son difíciles de eliminar con los métodos de lavado habituales y deben limpiarse con un tratamiento especial.
Según las estadísticas de la lavandería del hotel, casi el 60% de la ropa de cama que se repasaba y lavaba debido a manchas difíciles se debía a contaminación secundaria. Limpiar estas manchas no solo aumenta la carga de trabajo del personal de lavandería, sino que también daña las fibras de la ropa de cama debido al uso excesivo de quitamanchas, aumenta la tasa de daños y desperfectos, e incrementa el consumo de suministros para los clientes y los costos del hotel.